25 de marzo de 2015
Caídas, y subidas.
Sigo tratando de entender como de jodidos estamos, como con la soga al cuello, a punto de ahogarnos seguimos en la misma putada. Dejando de desenterrar en el pasado, soñando con la vida del futuro. Quien pudiera ser un gato, para joderme las 7 vidas, para buscarle los 3 pies y volver a esta noche, con el vaso de tequila en la mesa, y yo tan borracha y vacía, que quizá necesite un boca a boca de esos que te devuelven la memoria. Aunque creo, que una vez perdida ya no la volveré a encontrar, porque no querrá volver a este lío de cabeza, donde van y vienen todas mis vivencias. Donde estrello botellas de cerveza contra la pared, porque joder, nunca viene mal desahogarse.
Por peligroso que sea, me encanta esa sensación de estar al borde del abismo, soy de esas que mantienen el equilibrio al limite del barranco y que cuando están a punto de caer, se detiene. Con esa sonrisa de satisfacción que me mata, y me atraviesa cual bala en la recamara, esa última que me pega y me envenena. Y es que cuando empiezas a romper con las reglas, coges carrerilla y echas a volar, no queriendo que te corten las alas. Te niegas a ser un ángel caído, porque prefieres salir viva del infierno.
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Asombroso, como todo lo que escribes.
ResponderEliminarY yo más bien soy de las que tropiezan cuando ni hay rocas, las que caen al abismo sin necesidad de haber un abismo.
besos<3