Se trata de mirarse por dentro, de perderse, de arder.
De no pensar, mientras bailas contigo, mientras tu corazón aprieta fuerte para dar el salto de fe.
Como si por última vez tuvieras el poder de decirte que aún no estas perdido.
Siguiendo el camino, sabiendo que esta no es la única partida, que es la apuesta al todo o nada.
Escupiendo sobre el tablero de juego, estallando en pedazos, resurgida como el Ave Fénix.
Sabiendo que siempre he sido una ludópata, pero que esta vez será distinto.
Dejaste de jugar a la ruleta rusa para acomodarte mientras tiras los dados, y salen pares.
Sabiendo que con suerte, esta será la correcta.
Dejando de morir en vida, viendo ilusión en aquellos ojos de hielo que serán mi calma.
Fin de la guerra.
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