Hablar de salir corriendo, sin mirar atrás dentro de la confianza de tus palabras. Tus labios me traicionaron prometiendo volver a empezar de lo derruido en ruinas. De la falta de ganas a las ganas de comernos a besos. No quiero que me prometas el mundo entero, no quiero correr para escapar de la muerte.
Dijiste que amarías y yo aquí como si ya te hubiese olvidado, quemandolo todo a mi alrededor. Sabiendo como acabará todo, sobrescribiendo mis recuerdos y poniéndote en mi punto de mira.
Que el revolver me apunta, y yo sonriendo.
No sabré nunca decir adiós, la vida es una constante huida de tus mentiras. Hay que empezar a perdonar todos los delitos cometidos, que yo quiero matar la curiosidad. Demasiado brillo a mi vida, era difícil que todo esto fuera real,
Me estoy cayendo, y yo quiero seguir subiendo hacia arriba. Veníamos de la misma situación, la vista suicida me dejaba el corazón echo trozos. Todo vuelve a cobrar sentido, nada es por azar.
Estas ganas, con el fuego haciendo hechizos, seguimos contando historias, dejando las guerras abiertas, las puertas del cielo cerradas, directos hacia el arder del infierno. Tenemos demasiado que aprender.
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